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De Sergio Ramos al Cholo Simeone

Simeone lanzó su desafío: vino a decir que él no es el gran factor de movilización de los jugadores, que son ellos, y no él, los que tienen la respuesta. Antes de eso, el Madrid había lanzado su mensaje a través de su capitán, Sergio Ramos, ahí va la raza por delante. Sergio Ramos es el Madrid bravío, el del minuto 93 en Lisboa, el de Pirri más Camacho más Santillana, el capitán en las malas y en las buenas. Al sacarle a la conferencia de prensa, el Madrid sentaba sus reales. "Tenemos esto", venía a decir. Esto es Camacho más Pirri más Santillana más el minuto 93, más lo que la que imaginación de partidarios y adversarios pueda añadir.

Simeone y Sergio Ramos definen la línea del desafío. Son los dos grandes motivadores. Simeone le ha dotado al Atlético de ese universo de naturaleza ácrata, la unidad de propósito capaz de plasmar la rebeldía en conquistas concretas. Sergio Ramos le da al Madrid el punto de heroísmo que en las malas necesita el mejor para demostrar que es eso, el mejor. Que no hay renuncia, que en los días malos salta un resorte que permite marcar el gol que falta. Ese gol lo ha marcado últimamente varias veces, alguna muy connotada, Sergio Ramos. Así que el Madrid, con buen criterio, le saca a relucir en las vísperas de este partido.

Partido difícil para el Madrid, a pesar del 3-0. Nunca, en más de cincuenta años, he visto a la grey atlética tan motivada ante un partido. Este choque arrastra dos finales resueltas 'in extremis', más el gol de Chicharito, más la condición de último derbi en el viejo santuario, más el fichaje de Theo... Esto es un ahora o nunca, sobre todo para Simeone, el Espartaco del Atlético. Tres veces seguidas ha chocado en su lucha por Europa con el Real Madrid. Ahora lo tiene difícil, pero no se rinde. Le respalda la fe de una afición que ha decidido creer. Anoche estuvieron en el Monte Real, con sus bengalas, seguros de que nada es imposible.