NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Isco frente a la superstición de la BBC

Isco es el hombre del momento en el Madrid. Ayer marcó un golazo cuando el partido estaba en el aire: una llegada al área a por un buen pase de Cristiano y un cañonazo a la escuadra para cerrar cuarenta minutos de tormento blanco. Porque desde el descanso el Alavés estaba siendo mucho mejor. Le falló el remate, pero tuvo el control del juego y llegó al área con peligro. El público se impacientó y pitó. No era para menos. De nuevo, lo de siempre: la BBC desentendida arriba, la media (esta vez sin Casemiro) en inferioridad, el rival enseñoreándose del campo. El 1-0 del primer tiempo (un buen remate de Benzema, con fuera de juego previo) peligraba.

Isco tiene de contrato lo que queda de este curso y el próximo. ¿Renovará? Se sabe que le quiere el Barça. Él aspira a jugar más, como James, que está ya en el pasillo de salida. Los dos son víctimas de un diseño sin mediapunta, forzado por la superstición de la BBC. La insistencia en este trío empieza a tener cada vez menos sentido, en la medida que Cristiano ha perdido su velocidad huracanada y baja su cuota de goles. La fórmula ya no puede funcionar como antes, no rinde tantos goles y los desarreglos defensivos son los de siempre, sólo que agravados, por más conocidos. No sería mala idea utilizarlos de dos en dos. Hay tiempo para todos.

El Madrid ganó, sí, y por un resultado engañoso, pero estuvo en peligro, no debe olvidarlo. Y no está LaLiga para ceder empates. El Barça sacó el partido en Granada, sin Messi ni Piqué, pero con Neymar y Luis Suárez, que estuvieron al quite. El Barça ha cogido el carrilillo y pocos puntos se va a dejar ya. Se siente renovado en su espíritu desde que Luis Enrique anunció que se va y cargado de fe tras la remontada ante el PSG. Aquello fue lograr un imposible y ahora se siente con más fe para perseguir al Madrid, que tiene la ventaja, pero ofrece inseguridades. Creo que a Zidane le llega la hora de barajar y repartir cartas de nuevo.