El Granada, muy cerca de ganar

El Granada está vivo, tiene recursos, vigor y fe. Cualquiera que viera el partido de anoche entiende que este Granada tiene argumentos para quedarse en Primera. El problema es que tiene muy poco tiempo y la desventaja con la permanencia es de cinco puntos. Alcaraz ha conseguido por fin ensamblar un conjunto competitivo, con mordiente, hechuras de equipo sólido y con jugadores dañinos para los rivales. Pero el tiempo y el espacio cedidos son tales que no está claro que le vaya a alcanzar para seguir en Primera División. La grada se volcó, el estadio presentó la mejor entrada de la temporada, disfrutó de un equipo que tuteó al Atlético, le aguantó hasta el final del encuentro, rozó la victoria y acabó perdiendo el partido como lo pudo haber ganado. Fue una pena.

La derrota, eso sí, una más, deja un sabor bastante amargo. Las sensaciones ya no suman, no cuentan, y un buen partido ante el Atlético sin puntos no consuela mucho. También dejó otra herida con la postrera expulsión de Wakaso, que ahora mismo es un jugador fundamental para mantener la intensidad y el despliegue físico en el centro. El público del Granada abandonó el estadio entre la emoción de haber visto un gran espectáculo y el escozor de ver cómo se va otra oportunidad de sumar puntos. Cada vez quedan menos balas para el conjunto granadino. Dijo Alcaraz que para conseguir la permanencia hará falta alguna machada… y no le falta razón.