El Madrid se escapa con viento a favor
La jornada repone al Madrid en una posición muy cómoda. Echando cuentas al estilo Boskov, ganó ocho puntos: los tres suyos, los dos que se dejó el Barça y los tres que se dejó el Sevilla. Vuelve a desahogarse en cabeza y puede echar cuentas optimistas, quedándole, como le queda, una bala por gastar, la de la salida a Valencia. Y eso que no hizo un partido realmente bueno. La Real es equipo muy bien hecho, que durante largas fases manejó el partido mejor que el Madrid. Una vez más, la diferencia estuvo en la pegada. Abrió el marcador Kovacic, el mejor de la tarde, en una llegada desde atrás, y luego el líder se aplicó al contraataque.
La brecha que se abre de nuevo en la tabla viene acompañada de polémica. El Barça empató en el campo del Betis por dos motivos: uno, porque jugó muy mal durante setenta minutos, en los que allí reinó el equipo verdiblanco, manejado por un estelar Ceballos. Hasta el 74’ no marcó el Betis, pero para entonces había mandado dos balones al palo y había convertido a Ter Stegen en el mejor del Barça. Pero desde el gol, el Barça reaccionó con energía y antes del empate, ya muy tardío, en el 90’, había conseguido un gol que el árbitro no concedió. Mandi sacó el balón de dentro. Lo pareció a primera vista y la repetición no deja lugar a dudas.
La jugada, que vino acompañada de un penalti a Neymar, indigna de nuevo al barcelonismo, aunque el Barça como club tuvo, Luis Enrique a la cabeza, una actitud irreprochable. Hasta se evitó que hablara Piqué. Sólo se escapó algún tuit de Neymar. La jugada pone sobre el tapete el retraso de LaLiga para instalar el ojo de halcón. Cuestión de patentes que nos cuenta Iturralde en este número y que desarrollaremos estos días. Tampoco la primera decisión de Vicandi en Cornellá, donde abrumó al Sevilla en el 1’ con un penalti-expulsión sin apenas pretexto me deja tranquilo. Entre una cosa y otra, el Madrid se vuelve a escapar.