Zidane está ahora bajo una nube negra
De golpe, todo se le ha complicado a Zidane. Hoy la bola del Madrid no entra en el sorteo de la Copa, pero no es sólo eso. También se ha esfumado la racha de invencibilidad y una parte de la ventaja en LaLiga. Lo suficiente como para que los perseguidores se crezcan. Ahora mira al calendario y lo inmediato (salir a Vigo, Pamplona, Vila-real y Valencia, para el aplazado) suena duro. Ahora todo le suena al Madrid un poco más duro que hace nada y menos, cuando se sentía imbatible. El fútbol tiene esto, crea sensaciones exageradas. De repente pasamos de sentir a un equipo invencible a verle bajo una nube negra. Todo por dos resultados.
Por dos resultados y algo más, también hay que decirlo. Hay una epidemia real de lesiones musculares, que parecen apuntar a un mal trabajo a la vuelta del Mundialito. Hay jugadores que empiezan a irritar a la afición, lo que hace difícil su presencia en el Bernabéu. Coentrao y Danilo son dos casos claros, Benzema está a punto. Bale, que estaba fenomenal cuando se lesionó, no tiene aún fecha de regreso. Cristiano anda en su adaptación. Bien mirado, sigue siendo, con mucho, lo más amenazante del ataque del Madrid, pero eso no oculta que está por debajo de lo que era. Como se ve por debajo de lo que era a Keylor Navas.
Y el Barça mejorando. Y el Sevilla muy fuerte. Y un poco más allá, el Nápoles, con el partido de vuelta allí. Son los primeros días oscuros como entrenador de Zidane, que sólo había tenido hasta ahora dos sobresaltos, las derrotas ante el Atlético y el Wolfsburgo, ya tan lejanas. Ahora es otra cosa. Ahora está acosado por lesiones, por la predilección por Benzema, por haber utilizado (en un desliz que no le pega) la palabra triplete y por la existencia de pesos muertos en la plantilla, cuando hace poco le valían todos. Ahora, ante estas dificultades, es cuando va a dar más su medida de entrenador. Ahora, el Madrid necesita más que nunca su liderazgo.