Clave para todo el mundo

Escribió el poeta francés Lamartine: “Un solo ser nos falta y todo está despoblado”. Seguro que Zidane conoce este verso que cualquier niño ha estudiado en la escuela gala. Y quizás el míster se haya acordado de esta frase, convertida en refrán popular, durante estas semanas amputadas del talento de Modric. Existe un fútbol con el croata y otro sin él. Lo que se pudo sentir de forma cruel en el Madrid de este principio de temporada se comprobó también ayer en el país de origen del centrocampista. El seleccionador de Croacia se portó bien con su capitán (y con Zidane) dejándolo en el banquillo al principio, pero resulta entendible que le haya sacado al campo justo después del descanso y no a falta de media hora como se podía pensar.

Porque Croacia, exactamente como el Madrid de los últimos tiempos, necesitaba urgentemente a Modric para volver a dominar la pelota y conducir con inteligencia el destino de su partido. Y defender con la posesión. Aquí un pase largo con el exterior, allí tres suaves regates para deshacerse de varios contrarios, allá un par de pantallas con el cuerpo para bloquear unas tentativas de contragolpe rival… En definitiva, un Lukita enseñando su delicioso repertorio y visiblemente preparado para el derbi. La duda ahora es saber cómo estará Kovacic...