Lopetegui, con Diego Costa por delante
Lopetegui pasa hoy su primer examen serio como seleccionador. Se trata de la visita a Italia, en Turín. Italia, nada menos. Desde hoy, la selección con la que más veces habremos jugado en la historia. Una de las pocas con la que tenemos un saldo negativo. La misma que nos eliminó de la última Eurocopa, con su fórmula de tres centrales, que tanto desconcierto le creó a Del Bosque ya en el Mundial previo, cuando se estrelló ante Holanda y Chile. Italia, el país que lanzó al mundo el latín, las carreteras y el Derecho Romano, el país que toma el fútbol como una guerra y la guerra como un juego. Italia, sí.
Un buen amigo me repite, cada cuatro años, que el Mundial empieza cuando juega Italia. Ese día, cuando suena su himno y ellos lo escuchan tan firmes, con su personalísimo azul, algo se estrena efectivamente cada cuatro años. Ello a pesar de que en estos últimos tiempos, el calcio ha perdido buena parte de su antiguo sexy. Tanto esmero por los detalles ha hecho que el campeonato de aquel país se extraviara por vericuetos. Pero en su Selección queda un fondo de cultura táctica que impregna a cada uno de sus jugadores, más el instinto creativo latino, y también un reconocido gen competitivo extra.
A todo eso se enfrenta hoy la Selección de Lopetegui, bien construida, a mi juicio. Sobre los restos del gran equipo (Ramos, Piqué, Busquets, Iniesta, Silva... no son malos restos) va reedificando un nuevo proyecto en el que la única novedad absoluta es Vitolo. Un proyecto que tiene derecho a un futuro. En ese camino hacia lo que tenga que llegar, este partido marcará mucho. Turín, Italia, su modelo de tres centrales... Una valla en la carrera de Lopetegui. Una valla que tratará de saltar con Diego Costa como pierna adelantada e Iniesta y Silva para darle impulso. Yo confío en que salga bien.