Mireia y Maialen alcanzan la excelencia

Empiezan a caer las medallas. Oro para Mireia Belmonte y Maialen Chourraut, y plata como mínimo para la pareja Nadal-Marc López. En el caso de Mireia y Maialen supone alcanzar la excelencia. Una excelencia trabajada durante cuatro años. No es fácil ponerse a trabajar con humildad y denuedo durante tanto tiempo cuando se es medallista olímpica. Mas Mireia y Maialen son casos excepcionales, como excepcionales son las medallas que vamos ganando. Cuatro en seis días de competiciones.

Mireia regresó de los Juegos de Londres con dos platas, y Maialen, con un bronce. Ambas lanzaron un reto a sus respectivos entrenadores: “En Río quiero el oro”. Vergnoux le dijo a Mireia: “Pues vas a conocer el infierno”. Etxaniz le dijo a Maialen: “¿Pero no quedamos en tener un hijo?”. Etxaniz es también su marido y la maternidad iba a suponer un parón en la preparación de Maialen. Mas Maialen es mucha Maialen. Estuvo remando hasta los ocho meses de embarazo, y a los dos meses de nacer Ane, ya estaba compitiendo.

Ahora Mireia y Maialen son campeonas olímpicas, después de un esfuerzo extraordinario. No es de extrañar que sean las mujeres quienes tiran del carro de unos años a esta parte. Son más esforzadas y disciplinadas en los entrenamientos con respecto a los hombres. Después, su carácter competitivo alcanza límites superlativos y ahí están los resultados. Si en los Juegos de Londres ganaron a los hombres por doce medallas (contando la que deben a Lydia Valentín) a seis, en los de Río van ganando tres a uno.