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¿Para quién es esta Fórmula 1?

Hoy he visto la carrera de Fórmula 1 en un bar. No es que me haya dado a la bebida (eso nunca, aunque a veces apetece viendo cómo está el mundo), es que el GP de Hungría me ha pillado de viaje. Suerte he tenido de encontrar una parada de carretera con televisión de pago y un amable camarero que ha consentido quitar el telediario para que yo viera lo que pasaba en Hungaroring. Se lo he agradecido como corresponde, buena propina incluida, aunque en realidad me ha servido de poco. Lo que ha ocurrido lo pueden leer con detalle en la crónica de Manuel Franco y yo haré lo mismo, porque la verdad es que está F-1 es difícil, muy difícil, de entender a simple vista. Hay que estar muy atento y saber mucho de este deporte para adivinar cómo va la cosa, misión imposible cuando la tele se escucha mal, el bocata de calamares que se pide a la cocina supera en decibelios a los comentarios de MovistarTV y no tienes a mano una pantalla de tiempos para analizar los ritmos.

Hay que comprender el comportamiento de los neumáticos, las estrategias de los equipos, que un piloto no acelere lo que puede para adecuarse a esas órdenes, que los comisarios deportivos interpreten las normas a su manera y que correr mucho no siempre es sinónimo de avanzar más. Te tragas 60 vueltas de 70 sin tener muy claro el desenlace, excepto que salvo catástrofe ganará un Mercedes. Seguramente será que me hago mayor, que he vivido una época en la que ganaban los pilotos, los más valientes y talentosos, y no los ingenieros que saben antes que nadie lo que puede acontecer en pista. Lo siento, pero me parece un deporte demasiado complicado para el común de los seguidores, no los aficionados expertos sino los que, domingo a domingo, pueden tener la tentación de seguir un gran premio. Y ellos son los verdaderamente importantes, los que dan sentido al espectáculo, a las inversiones de los patrocinadores, a las transmisiones por televisión o el montaje de los circuitos. Y si ellos se enteran de esto tan poco como yo hoy, creo sinceramente que la cosa es preocupante...