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Fin de ciclo y agradecimiento eterno

Se acabó. Ni este equipo ni este seleccionador dan más de sí. España se va de la Eurocopa batida por una Italia que fue bastante mejor. Queda para el recuerdo el rapto final de vergüenza torera cuando a falta de veinte minutos y de puro milagro sólo perdíamos por 1-0, el equipo se echó arriba y agobió a Italia, agarrotada por el cansancio y por el recuerdo de los goles fallados. Pero ahí estaba Buffon, un porterazo, que dijo que nones. Fue tremenda su parada a Piqué, otra vez un bravo que vendió cara su piel. Casi de vuelta de esa jugada, un contraataque y el segundo gol. Ese gol marca el fin de un ciclo.

Del Bosque estuvo mal, Conte estuvo muy bien. Del Bosque se acogió al salgan y jueguen, sin manual para atacar la defensa italiana. Me extraña, porque sé que el asunto le preocupaba. Y, visiblemente, tampoco ha sido capaz de levantar el ánimo del grupo, ese ánimo frágil que vengo viendo desde el Mundial último, esa facilidad para desmoronarse ante las adversidades. Por contra, Conte tenía el partido trabajadísimo y bien metido en las mentes de sus jugadores. Lo del primer tiempo fue tremendo. España parecía un equipo de veraneantes. Italia fue dueña de todas las zonas del campo.

De Gea estuvo regular en el primer gol, pero a cambio salvó varios. Fue de lo mejor de España o de lo poco bueno. El trío Silva-Cesc-Iniesta, lo que Luis Suárez llamó en la SER ‘la cocina del equipo’, no funcionó. La cosa cogió brío cuando entraron Aduriz y Lucas Vázquez, pero el apretón no tuvo premio, aunque cerca anduvo. En fin, ese gol de Perisic nos quitó la fe y nos mandó a esta ruta mala, en la que hemos caído. Mal final para Del Bosque, cuya carrera, en todo caso, queda ahí. Como queda el recuerdo de todo lo que nos ha dado este equipo, y por lo que el agradecimiento será eterno.