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...porque enfrente estaba el Atlético

Fue el triunfo de ese punto agónico que el Madrid también tiene, pero que sale en circunstancias decisivas, como la de ayer. Algo que viene del fondo de los tiempos, algo que instaló en el club Di Stéfano y que se ha transmitido a través de las generaciones. El Madrid no hizo ayer un buen partido, pero la manera en que se sostuvo y hasta se vino arriba al final con medio equipo acalambrado le hace digno de elogio. Como lo es el Atlético, que remó río arriba. Hace dos años llevó al Madrid hasta el límite del minuto 93. Esta vez le llevó más lejos, hasta el quinto penalti de la tanda. Pero...

Hace muchos años, antes de la guerra, un periodista llamado Acisclo Karag escribió algo así (la cita no es literal, pero casi) como que el Atlético es un equipo que cuando juega mal siempre pierde, y que cuando juega bien a veces también pierde, y que el Madrid era un equipo que cuando juega bien siempre gana, y que cuando juega mal, a veces también gana. Lo recordé nada más terminar el partido. ¿Hay algo que recorre los tiempos, que hace que eso sea una constante? El error del linier y el penalti de Griezmann al larguero (¡qué bien le entró el de la tanda!) dieron la razón a Karag.

Pero el caso es que la Undécima ya está camino de las vitrinas del Madrid, que eleva su leyenda. Zidane llegó a tiempo para enderezar un modelo que entraba en extravío. Su atrevimiento para contar con un jugador poco lucido, Casemiro, para equilibrar la constelación de estrellas ha sido premiado con este éxito descomunal en su primera temporada como entrenador. Consiguió perseguir al Barça hasta el último día, ahora ha ensombrecido su doblete con esta Champions, un as de oros que lo barre todo. Magnífico arranque. Ahora se les abre un nuevo panorama a él y al Real Madrid.