El adiós de un artista del balón

Y llegó el gran día, ese que ningún jugador quiere vivir en primera persona pero que todos terminan teniendo que afrontar o sufrir. El de ayer no era uno cualquiera porque decidió decir hasta aquí he llegado don Juan Carlos Valerón. Un caballero del deporte, un gran compañero, un mágico futbolista, un artista del balón y del buen rollismo. Después de dieciséis años fuera de su tierra decidió regresar para terminar junto a los suyos, esos que le vieron empezar y que ayer le arroparon cuando tocó terminar. Se puede pensar que todavía podría seguir impartiendo cátedra en todos los campos de España, pero entiende que ya no está para estos trotes.

Todo lo bueno que creó en el verde y que logró maravillar a los que tuvieron el placer de verlo desde la grada o en la televisión ya sólo quedará en nuestros recuerdos porque lo suyo no era cualquier cosa. Pases imposibles que en muchas ocasiones terminaron en gol. Sin jugar mucho logró ser un líder secundario que aupó a los amarillos a una permanencia que pocos esperaban que fuera tan solvente y por eso seguirá junto a ellos, aunque en otros menesteres. Fue una jornada triste por su marcha, pero alegre por haber disfrutado de él.