El retrato de una época...
Nadie le puede negar a Manuel Pellegrini su condición de gran entrenador. Sólo así se puede definir al hombre que ha llevado al Villarreal, al Málaga y al Manchester City a sus cotas más importantes en sus respectivas historias. Un hombre que respeta al fútbol y todo lo que huela a césped. El proyecto Pellegrini, sin embargo, nació muerto en el Real Madrid de Florentino. Quiso reivindicar la continuidad de Robben y Sneijder en el equipo, cuando se enteró de que su presidente quería venderlos, y además de ver volar a los dos holandeses, que luego fueron bandera de proyectos ganadores en Inter y Bayern, consiguió que el presidente le retirase la palabra. Pensó dimitir, pero su valedor en el club, Jorge Valdano, apeló a la deuda moral con su apuesta y se quedó. Ese fue su gran error.
El ‘Alcorconazo’ y la eliminación en octavos de la Champions hicieron el resto. Le trituraron profesional y mediáticamente. El sello de Florentino. Su talante, sin embargo, no es revanchista, pero la herida fue profunda. Seguro que también pensó en dimitir cuando el City anunció a mitad de temporada a Guardiola para el próximo curso, faltando al respeto a su entrenador de manera flagrante en las formas. Para el Ingeniero, ganar esta Champions, bastante improbable, por cierto, sería un doblete en toda regla, por el Madrid y por el City. Además, servido en plato frío...