Simeone, Trapattoni y el tiqui-taca
Trapattoni alaba a Simeone, porque estaba harto del tiqui-taca. Es normal. Trapattoni fue lo contrario. Como jugador, se especializó en marcar a estrellas rivales, lo que incluyó a gente como Pelé, Charlton, Eusebio o Amancio. Como entrenador cultivó el ‘catenaccio’. Algunos añoran aquello, en particular en Italia, donde Simeone ha merecido una portada de La Gazzetta caracterizado de Ché Guevara. Los éxitos de Simeone son los suyos, los éxitos del tiqui-taca, con Luis, Guardiola y Del Bosque, fueron sus fracasos. Eso le da un aire especial al partido de Múnich. Algunos ansían un ‘cambio de ciclo’.
Para mí el debate ha de manejarse en base a los jugadores de que se pueda disponer. El entrenador y sus tácticas pueden mejorar un grupo menor y permitirle competir con un grupo mejor. Me parece legítimo, práctico y hasta deseable. Pero que cuando se puede disponer de los mejores jugadores se les arrastre a jugar de una manera prudente y sin luz, me parece una perversión de la idea. Y nada demuestra que jugando cicateramente se gane más veces que jugando generosamente. La historia demuestra lo contrario. Se gana más veces jugando la baza de la calidad y el ataque. Repasen, si no me creen.
El Cholo no tiene a Cristiano ni a Messi, y como no quiere un Atleti tercerón, sino ‘primus inter pares’, ha tirado por ese camino. Desde esa premisa lo justifico. Pero si jugara así con plantillas como las del Madrid o el Barça, lo deploraría, como deploré lo que hicieron durante tantos años los ‘trapattonis’ de toda Italia, que terminaron por hundir un ‘Calcio’ que concentraba a todas las estrellas del mercado. Así que si pasa el Atlético, cosa que obviamente deseo, lo que menos voy a celebrar es un falso funeral del fútbol de calidad. Celebraré que hay una oportunidad para los no tan ricos.