Del Bosque y el desinterés por La Roja

Un poquito harto de tantos rumores de escaqueos, Del Bosque ha salido a defender el carácter benéfico que la Selección tiene para cualquier jugador: “Los que vienen a la Selección juegan mejor después en sus clubes”, sostiene. Y también que, al revés, los que no van a la Selección no juegan tan bien en sus clubes. Asegura tener datos que lo confirman, y así será. La Selección es un estímulo para el jugador. Fatiga aparte, le hace sentirse mejor, más importante. En el fútbol, se sabe de antiguo que la confianza es clave para el jugador. Y ser uno de los once elegidos del país propio da mucha confianza.

Así intenta sacudir la imagen de que la Selección es un engorro. En España esa imagen existe, salvo en las fases finales. Las liguillas de clasificación las damos por resueltas de antemano. Ningún aficionado español concibe que España vaya a verse apeada en una fase de clasificación, del mismo modo que ningún aficionado del Madrid o el Barça imagina a su equipo bajando a Segunda. De modo que esas fases se miran con desinterés. Y cuando, en casos como éste, se trata directamente de amistosos, peor todavía. Y si está a la vista un Clásico, aunque sea inútil para la clasificación, no digamos.

El partido ante Italia no entusiasmó. Tampoco los jugadores hicieron mucho por ello. Y ahora lo malo es que Del Bosque anuncia, como siempre en estos casos, que van a jugar todos. La intención es no dejar a ninguno con el chasco, después de haberle secuestrado toda la Semana Santa. Pero el efecto es que no estamos ante dos partidos de la Selección, sino una vez más ante una excursión de la que nadie debe salir defraudado. Eso contribuye a esa frialdad que se percibe en torno a la Selección en estos entretiempos y que Del Bosque trata de remediar con palabras, pero no tanto con hechos.