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Nadal no estaba tan mal

Nadal no pasó la Nochevieja en su casa de Mallorca. Nadal había hecho las maletas el día anterior para iniciar una vuelta al mundo que le llevaría tres meses y medio: Doha, Melbourne, Río de Janeiro, Indian Wells y Miami. Ahora debe encontrarse desconcertado. Eliminado a las primeras de cambio en Australia, sin estar inscrito en el torneo de dobles, y a 16.800 kilómetros de casa y a 13.200 de su próximo destino, Río, para cuyo torneo aún faltan 26 días. Nadal no se podía imaginar esta situación. No andaba tan mal. Los tiempos en que un jugador clasificado más allá del top-30 le eliminaba parecían haber quedado atrás. El último había sido Fognini en el Abierto de Estados Unidos, el pasado mes de septiembre.

Después todo cambió. Las derrotas continuaron castigándole, pero en este periodo sólo perdió ante rivales cualificados: Djokovic, Federer, Wawrinka y Tsonga. A su vez, también ganó a jugadores top-10: Wawrinka, Murray y Ferrer, además de duros rivales como Cilic y Raonic. Nadal no podía esperar su rápida eliminación ante Verdasco (45 del mundo). Ahora se encuentra por delante con dos semanas de parón, hasta que acabe Australia, y la posibilidad de poner fin a su inactividad siete días después, en el torneo de Buenos Aires, para no permanecer parado hasta el 15 de febrero, cuando comience Río. Gran varapalo que rompe la planificación de la gira. Para jugar un solo partido en Australia no había que dar la vuelta al mundo.