Mourinho está suelto: peligro en Altabix
Tengo un amigo que cada vez que se aproxima una amenaza dice: “¡Peligro en Altabix!”. Es su homenaje a Carrusel Deportivo, a los años grandes del Elche, que habrán de volver, y a Verdú Belda, el locutor ilicitano de los tiempos heroicos. Ayer me lo dijo, cuando supo que Mourinho quedaba suelto, tras ser eyectado del banquillo del Chelsea, que anda a un punto del descenso, cosa que le da repelús a Abramovich. Ahora que Benítez pasea por el alambre, ahora que Florentino consulta con su espejo si Zidane, si Víctor Fernández o si seguir con Benítez, resulta que Mourinho queda de repente disponible.
Así que peligro en Altabix. En encuesta de urgencia abierta por este periódico y por nuestro dilecto colega Marca, hay cerca de una mitad que lo vería como una solución al progresivo hundimiento de Benítez. En un sector del madridismo hay cierta pulsión autoritaria que aún añora a aquel fracasado sargento de hierro. La añoranza pasa por alto que en tres años ganó una Liga y una Copa, y que en su último curso quedó a quince puntos del Barça, que el Atlético le ganó la final de Copa en el Bernabéu y que la Champions la ganó el Bayern. Títulos para los tres enemigos naturales del Madrid. Catástrofe total.
Pero hasta ahí ha llegado este Madrid desgobernado y desorientado, de cuyo presidente se puede temer ya cualquier decisión extravagante. El otro proyecto pasó por López Caro y Benito Floro antes de esfumarse. Ahora, cualquiera sabe. Mientras, el Barça está en Tokio, ganando tres a cero su sencilla semifinal del Mundialito. A falta de Neymar y de Messi, Luis Suárez marcó tres goles. No hizo un partido para recordar, pero reinó sobre el rival, utilizó siete jugadores de cantera y ofreció a los suyos tres goles y una final en perspectiva. De eso se habla en Barcelona. En Madrid se habla de Mourinho y de Benítez.