El examen de invierno del Barça

Cuando en España, durante la dictadura de Franco, muchos miraban a Oriente como el lugar de los Reyes Magos, algunos se fueron a China, no estaba de moda Japón, para nutrirse de ideas con las que venir a hacer la revolución aquí. Uno de esos ciudadanos españoles que hicieron el viaje a Oriente fue el poeta Blas de Otero. Al regreso, el gran escritor vasco escribió este verso: “Me fui a China a orientarme un poco”.

Ahora es el Barça el que viaja a Oriente; China queda al lado, pero como metáfora vale. El Barça, como su rival más encarnizado, vive momentos de desorientación. El Real Madrid le hizo el domingo el favor de orientarlo en una clasificación que resultaba amenazante. Los azulgrana salieron así tan entonados hacia Japón que parecieron estudiantes a los que sólo les faltaba el kimono (Messi fue en pijama); ahora se trata de pasar allí el examen de invierno. Esta ha sido una breve temporada dulce, amargada por el susto coruñés. Se ha visto una concreta desorientación barcelonista, como si el equipo tuviera dos caras. En Japón tienen la ocasión de orientarse un poco.