Talento, potencia y garra

Paula Badosa es por méritos propios la nueva gran promesa del tenis español. La tercera ronda en Miami llegando invitada, el Roland Garros júnior, la clasificación para el cuadro final del Madrid Open o las 12 bolas de partido levantadas ante Ching-Wen Shu dejan claro que es una tenista diferente. No se arruga, busca mandar en los peloteos y llevárselos por la vía rápida. Con agresividad y potencia. Impulsada por un servicio imponente, una derecha profunda y un revés temible a dos manos. Las mismas armas que han llevado a Garbiñe Muguruza al número 3. Condiciones que la hacen temible en una pista rápida.

Pero el mejor arma de esta neoyorquina de nacimiento, pero gerundense de corazón, no es su repertorio de golpes. Es la confianza, su carácter ganador y su inteligencia. No se rinde, rara vez se juega la bola que no toca y ansía ganar Wimbledon y ser nº 1. La rubia de cuerpo imponente y sonrisa angelical se convierte al pisar la pista. Su mirada, con sus penetrantes ojos claros, se vuelve temible. El parecido con su idolatrada Sharapova es evidente. Pero fuera vuelve a ser la chica normal de 18 años que aparenta ser. Eso sí, llamativa y exitosa para regocijo de IMG, multinacional que tiene sus derechos de imagen y que la convertirá en un rostro mundialmente conocido si los éxitos la siguen acompañando.