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Dopaje bajo control, y que dure

Enrique Gómez Bastida dirige la Agencia española antidopaje desde enero de 2014. Su etapa coincide con un momento de tranquilidad. Eso no significa que se haya levantado el pie. Al menos no es lo que se espera de un comandante de la Guardia Civil, hijo de un oficial de la Marina, que ha estado destacado en Afganistán, que puso las esposas a Eufemiano Fuentes y a Manuel Saiz en la Operación Puerto y que antes de dirigir la Agencia estuvo en el departamento de Inteligencia encargado de investigar los casos de dopaje. Mas Gómez Bastida no se presenta como un tipo duro. Todo lo contrario. Engaña. Duro debe de ser. Al menos los resultados avalan su gestión, pese a los contratiempos legales a los que se ha de enfrentar.

Aunque ahora los países de nuestra área van de la mano, se nos ha dejado de ver como un paraíso del dopaje. En algo habrá contribuido a ello la Agencia. El dopaje, aun estando ahí, ya no desata alarmas. El problema está en el ciclismo y en el atletismo, y mientras los ciclistas se van cortando, los atletas han comprobado que desde que la Agencia realiza los controles aparecen más positivos y se destapan más redes de dopaje. Diríase, por tanto, que la Agencia está en buenas manos. A ver si dura. Desde 2012 no ha habido año sin nuevo director: Ana Muñoz en 2012, Manuel Quintanar en 2013 y Gómez Bastida en 2014. Termina 2015, pero con elecciones, y lo mismo la independencia de la Agencia se acaba. No sería bueno.