Al final se cumplieron los peores pronósticos y el jugador barcelonista Rafinha fue diagnosticado de una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Con esta lesión, prácticamente ha dicho adiós a la temporada que acaba de comenzar. Viendo repetida la jugada de la lesión se puede observar cómo hay un traumatismo violento por detrás a nivel del tercio superior de la pierna derecha, con el pie del jugador en el suelo, lo que provoca una gran distensión del ligamento lateral interno, una rotación interna de la rodilla y rotura del ligamento cruzado. Esta es una lesión típica por contacto directo.

Ahora debe esperar unos días a que se enfríe la rodilla y posteriormente realizar intervención quirúrgica mediante ligamentoplastia, deambulación con muletas durante dos o tres semanas y rehabilitación intensiva durante unos cuantos meses. Posteriormente comenzar con la carrera continua a los tres o cuatro meses y aumentar de forma progresiva la carga de trabajo, entrando en la dinámica del equipo, de tal forma que sobre los seis o siete meses el jugador esté en condiciones de saltar al terreno de juego, si bien tardará aproximadamente un año en volver al mismo nivel de juego que el jugador tenía en estos momentos.