España renuncia al Bernabéu por el caso Piqué

España tenía concertado un amistoso con Inglaterra en el Bernabéu el 14 de Noviembre. Gran partido. Pero alguien ha caído en que con lo que pasó con Piqué en León, y (en mucha menor medida, hay que decirlo) en Oviedo, ese partido tenía un riesgo. ¿Qué hacer? Impensable que Del Bosque no llamara a Piqué, impensable que este renunciara a acudir. La solución federativa ha sido mandarlo a Alicante. Esto es lo que trae esto de fabricar modas desde la nada e inflarlas. A Piqué se le pitó en Oviedo mucho menos que en León, y mucho menos de lo que se le aplaudió. Pero se mantuvo la moda vigente y ahora pasa esto.

Después de todo, Piqué quizá no sea más que un compendio de contradicciones, como somos todos, sólo que a él se le notan más, porque es guapo, rico y famoso. Es un pilar de la Selección Española, pero avala las pitadas al Himno y al Rey; es figura de la prensa deportiva y al tiempo, por su matrimonio, de la prensa rosa; se le conoce un alto índice de inteligencia pero incurre continuamente en chiquilladas; los que le tratan tienen un gran concepto de él, pero los que no le tratamos le hemos visto tratar a un guardia urbano de una manera que le retrataba muy mal como persona.

Quizá lo que más le caracterice sea que le gusta hacerse notar. Escupiendo aquí, tirando bombas fétidas allá, invocando a Kevin Roldán... Por eso todo le pasa a él. Sin duda no le afecta que le piten, ni por antimadridista ni por supuesto por antiespañol. Eso ya debería ser motivo para desanimar a los que le pitan. Este partido contra Inglaterra vendrá además a medio camino entre la polvareda que levantarán las elecciones autonómicas catalanas y la expectativa de las nacionales, y a una semana del primer Clásico. De ahí el cambio de escenario. Una fea solución para un feo problema.