El clandestino atletismo español
Esta mañana finalizan los Mundiales de atletismo. Sin participación española. Como ha sucedido casi todos los días. De nuestros 40 atletas sólo hemos podido ver seis en el horario estelar: la tarde/noche en Pekín, mañana en España. ¿Y el resto? El resto salía en las finales de marcha y maratón, o quedaba sistemáticamente eliminado en las pruebas clasificatorias (sólo las superaron Ruth Beitia, Kevin López y David Bustos). Éstas se celebraban en la mañana china, madrugada aquí, y no era cuestión de quedarse sin dormir para ver cómo hasta 26 atletas españoles quedaban de la mitad para atrás, algunos incluso en las últimas posiciones, tal y como era de prever al acudir repescados y tener las mínimas de participación como fin y no como medio.
Sólo hubo dos atletas que en estos Mundiales hicieron su mejor marca de la temporada: Miguel Ángel López y María José Poves. Uno fue campeón; la otra, décima, también en marcha. Así se va a unos campeonatos: a dar en ellos lo mejor de sí mismo, no antes para conseguir la mínima y meterse en el equipo. Hubo quien hizo nulos en todos sus intentos; también, quien quedó a casi diez metros de su mejor marca. La imagen que se da es horrible. A cambio, un excepcional primer puesto y un honroso quinto de Beitia. Sólo van dos atletas en posiciones de finalistas, igualando la peor actuación de la historia, en Daegu-2011. Bragado figura como el siguiente atleta mejor clasificado: noveno. Tiene 45 años. Éste es el atletismo que ha fomentado Odriozola.