Casillas aún vale para vender camisetas

Casillas aún le sirve al Madrid para algo: para vender camisetas. Ayer se lanzó la campaña de la nueva temporada y el portero es él. Normal. Todavía es el titular del Madrid, a la espera de un destino que tendría que satisfacerle deportivamente, y tampoco hay tantos. Salir del Madrid es bajar, por fuerza. Ya ven: De Gea juega en el Manchester United y está deseando fichar por el Madrid. Pero mientras todo se sustancia, Casillas aparece en los reclamos de Adidas, no Keylor, que no sé lo que pensará de todo esto. Todavía la imagen de Casillas es poderosa, aunque el propio club la haya desgastado.

Por cierto, Casillas estuvo muy bien en Borisov. En dos ocasiones Bielorrusia rozó el empate y él lo impidió, una en una salvada milagrosa con el tobillo, gemela de la de Robben, y la otra en una gran estirada. Salvó el momento malo del equipo, que es lo que se espera. Asusta pensar por dónde hubiera podido derivar el partido si entra uno de esos goles, con España en plena fase de desconcierto. Estuvo desde luego mejor, dicho sea sin ánimo polémico, que De Gea ante Costa Rica, cuando tuvo la mala suerte de encajar un gol parable en un único disparo. Mejor estuvo ese día Keylor, con un gran segundo tiempo.

Las situaciones afectan a los porteros. Keylor Navas se siente seguro y firme en Costa Rica, y pleno de entusiasmo después de un año sin jugar. De Gea no puede estar cómodo estos días de espera, forcejeo y negociación. Igual que Casillas no puede estar cómodo en el Madrid, con la que cae. En realidad, nunca se sintió del todo bien, pese a ser el equipo de su casa. Por unas cosas o por otras, siempre se ha sentido a contrapié, con un presidente que soñaba con Buffon y lo decía. En la Selección todo fue distinto. Eje del grupo emergente, se sintió seguro, dueño de la situación, feliz. Aún se le nota.