Un empate que debió ser una victoria
Verónica Boquete pedía en la víspera una oportunidad: que España viera el partido por televisión. Espero que haya habido buena audiencia en la transmisión de Teledeporte, hoy sabremos, y el balance fue agridulce. España jugó más, intentó más, pero todo quedó en empate. El partido se resolvió en un minuto, en el que llegaron ambos goles. Primero el de España, en una excelente maniobra de Vicky Losada, media vuelta y remate colocadísimo. Pero a eso sucedió el despiste en el gol de Costa Rica, una penetración por la izquierda en la que toda la defensa basculó hacia ese lado y dejó libre el remate.
Viendo la jugada del gol de Costa Rica pensé el poco rodaje con que llega este equipo: no jugaba desde el 8 de abril, ante Irlanda. Pensé que así no se va a un Mundial, que esa desidia de la Federación supone un lastre para estas chicas. Por lo demás, su partido fue bueno, con dominio permanente, atacando por los dos lados, pero algo escaso de remate, lo propio ante una Costa Rica que se cerró mucho. Y, dentro de eso, con la falta de un puntito de precisión, salvo en el soberbio gol de Vicky Losada, y con una portera de buen tono enfrente. Con todo ese material se construyó un empate que supo a poco.
El grupo lo completan Corea del Sur y Brasil. Corea del Sur tiene una gigantona en el ataque (tan fuerte que tuvo que pasar examen de sexo, por sospechas) que en sí es un problema. Brasil es un problema por el propio valor de la marca y por Marta, coleccionista de Balones de Oro. El de ayer era partido a ganar, no se dio, pero por esfuerzo y juego no quedó. Fue por falta de suerte y de rodaje. Por lo demás, el espectador neófito habrá visto ayer otro fútbol: con menos vigor muscular, también con menos adivinación, algo ingenuo, pero sin trapacerías, correcto, respetuoso con el arbitraje. Fútbol femenino.