El baloncesto llega al rescate del Madrid
El baloncesto llega oportuno al rescate del Madrid. La caída ante la Juve en la Champions y el presentido adiós a la Liga de fútbol siguen ahí. Pero este día, estas horas, ocupa el primer plano esa clasificación para la final de la Euroliga de baloncesto. Será el domingo, en Madrid, y ante el que en principio teníamos por el menos fuerte de la otra semifinal, el Olympiacos. La caída ante ellos del CSKA, el equipo más rico del continente, fue vista como un buen presagio. Luego vino lo del Fenerbahçe, con ese colosal segundo cuarto que dejó liquidado el partido. El resto fue administrar la ventaja.
El baloncesto al rescate del Madrid, decía. Ese fue su fundamento cuando, en los sesenta, Raimundo Saporta y Pedro Ferrándiz hicieron un equipo formidable. En fútbol, el tiempo había alcanzado a Di Stéfano y Puskas y se acabó la racha de Copas de Europa. Con poco dinero, dos americanos traídos con vista de entre los que no cabían en la NBA y un grupo de españoles hábiles y aguerridos, el Madrid siguió ganando Copas de Europa en los sesenta gracias al baloncesto. Y, aliado con TVE, hizo de golpe de ese deporte hasta entonces semidesconocido un favorito nacional. Aquello fue importante.
Este equipo que entrena Laso tiene con aquél la similitud de que ha recuperado la rapidez de juego y los altos puntajes, superando el oprobio del ‘baloncesto control’, que tanto daño ha hecho. Este equipo gana, pero además gusta, llena, entusiasma. Se ha ido construyendo con paciencia, desde la buena mano de Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros, fichando con sentido, rectificando con orden, respetando al entrenador. Es la tercera vez consecutiva que alcanza esta final. Por su tarea bien hecha, pienso que ya es hora de cobrar el premio. Pero habrá que arrebatarlo de las manos de ese tal Spanoulis...