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El estercolero de las primas

Olía a podrido. Las últimas jornadas de la Liga llevan años humeando a corrupción pero nadie se había atrevido a meterle mano. Partidos sospechosos, resultados pronosticados, comportamientos extraños que no había manera de justificar y que quedaban en el limbo de lo indemostrable. Todos habíamos admitido que había un vertedero en el que no se podía entrar, hasta que llegó Tebas y se remangó. La confesión del exgerente de Osasuna, Ángel Vizcay, desvelada por ‘El Larguero’, nos deja el cuerpo dolorido al comprobar la indecencia de algunos futbolistas. El comportamiento de los directivos siempre ha estado bajo sospecha. Hay que aprovechar la llegada de la justicia y la cárcel para que se ventilen las cloacas y no se vuelva a mancillar la competición.

La final de Copa. Todos los años el mismo sainete con la sede. Si la Federación designase al inicio de temporada el escenario de la final nos ahorrábamos el día de la marmota y las maquinaciones de unos y de otros. El Real Madrid está en su derecho a no ofrecer el Bernabéu, aunque, en un modelo racional de sociedad, éste sería un gesto ejemplar de grandeza y generosidad. Pero claro, en esa sociedad no habría individuos que, más que en animar a su equipo en una final, estuvieran pensando en ultrajar la casa que les da acogida. Aquí los tenemos, son los menos, pero por su culpa siguen pagando los aficionados decentes.

Clásico en San Mamés. La visita del Madrid a la ‘Catedral’ es un momento futbolero único, un patrimonio de todos los aficionados. Es un partido que nunca está descafeinado. Esta vez el Athletic llega tras el subidón de meterse en la final de Copa y con una considerable mejoría en su juego. Parece que Valverde ha encontrado el medio, aunque la baja de San José es tremenda, y la entrada de Williams arriba le ha dado una frescura y alternativas que necesitaba. Pensemos por un momento en lo que puede suponer este partido para este chico de 19 años: la Catedral, el Madrid, la esencia de Lezama… ¡Adrenalina futbolística!.

Descontrol. El Madrid sigue sin controlar los partidos y será así mientras Carletto mantenga su juramento al 4-3-3. El Villarreal demostró una vez más que poblando el medio y saliendo arriba con rapidez tienes a los centrocampistas blancos con la lengua fuera. La vuelta de Modric, con su inteligencia en la colocación, arreglará muchos problemas. Pero no todos, porque Bale seguirá siendo un correcaminos maravilloso que la rompe de vez en cuando, pero lo de mezclarse y combinar no es lo suyo. No está en su naturaleza.

Tercer puesto en juego. El Atlético está en un momento valle. El desgaste del mes de enero ha pasado factura al equipo, espeso y sin chispa los últimos partidos. Jugadores que ganaban cada pelota dividida ahora llegan tarde y pierden balones sin parar. El Valencia de Nuno está más fresco y puede echarle mano. Partidazo que viviremos al caloret del ‘Carrusel’.