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Si superó el fantasma de Higuaín...

La lesión de Aduriz es el último golpe moral que recibe el Athletic antes de visitar el Bernabéu, donde lleva casi una década sin hacer una faena al Madrid. Llegan los leones en estado de necesidad, con los puntos del colista y la brújula perdida. Ha habido terapia de grupo y repaso al manual táctico. Maneja Valverde la idea de hacer algún cambio de esquema, pero es probable que no llegará hasta el bendito parón, en el que los leones tendrán tiempo para preparar la primera final liguera ante el Celta en casa y el cara o cruz de Champions en Oporto.

Ha dado la sensación de que los leones andan justos de energía. Llegan tarde a la presión y al balón dividido, una de sus virtudes. No es el caso de De Marcos, que se desdobla las veces que hace falta y alguna más desde el lateral. Bielsa le sacó de las tripas un plus de energía, de resistencia, que él mismo desconocía. Ha pasado de mediapunta con llegada, de romper a la espalda de los laterales, a realizar carreras de 80 metros. Como la del pase de gol clave que sirvió a Muniain en Nápoles.

Si el Athletic ha superado el fantasma de Higuaín, que se las metía hasta por los ojos de blanco, hoy necesita que Cristiano no funcione. Buena parte de ello dependerá de nuestro protagonista, del Athletic de toda la vida porque su padre era el presidente de una peña en Laguardia. Aunque puestos a escoger, lo más fundamental para Txingurri es que Iturraspe vuelva a coger la batuta como el año pasado antes de irse de nuevo con Del Bosque. Es el hombre clave para resucitar.