Un poco de normalidad, por favor
Carlo Ancelotti no hubiera tenido ningún problema en decir públicamente que Iker Casillas iba a jugar esta tarde en Villarreal. Pero su decisión de dar un partido a Keylor Navas para agradecerle su excelente trabajo diario en Valdebebas y para mantener su motivación, ha sido tan criticada y ha provocado tantos debates que el técnico italiano se divierte con la Prensa. Mantiene una duda de cara al exterior cuando, para él y todo el cuerpo técnico, las cosas están muy claras. El portero titular es el capitán madridista y ofrecer al guardameta de Costa Rica alguna oportunidad de vez en cuando no significa perjudicar a Iker. Hay que ser retorcido para pensar que Ancelotti no quiere lo mejor para el portero por el cual ha apostado a principio de temporada.
Carletto sólo pretende que vuelva la calma y la normalidad en la portería. Tantos dramas inútiles empiezan a cansar y, al final, es todo el equipo el que se resiente de esas polémicas recurrentes. Antes de ser entrenador, el italiano ha sido futbolista. Sabe mejor que nadie cuáles son los sentimientos de los jugadores, su fuerza, pero también su fragilidad. Al llegar a Madrid heredó una situación terrible alrededor de Casillas. Y la está arreglando.