Lo bueno de tener a un seleccionador inteligente como Deschamps es que cuando hace falta cambiar de idea no pierde tiempo. Dejó una hora a Giroud en el terreno de juego pensando que frente a un equipo muy físico sería más útil que Griezmann. Pero se dio cuenta de que apostar por el delantero del Arsenal significaba dos cosas. Primero dejar al maravilloso y tan dotado jugador de la Real Sociedad en el banquillo y, segundo, desplazar a Benzema hacia la banda izquierda.

Se vio a un Karim desquiciado porque no le llegaban balones en buenas condiciones y su falta de entendimiento con Giroud quedó patente. Deschamps rectificó cuando faltaba todavía media hora y volvimos a ver a una Francia más segura de sí misma. El mejor futbolista debe jugar en el sitio donde mejor rinde y después de esta difícil victoria resulta evidente que Benzema tiene que estar en punta. Estoy seguro de que el seleccionador habrá tomado nota para los cuartos…