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La Liga que batió a Messi y a Cristiano

Acabó la Liga. Mientras llega la final de Champions, que no va a hacer sino engrandecerla (como ocurrió con la de la UEFA League), bueno será dedicar un último día a ensalzarla. Porque ha sido una gran Liga. A pesar del alboroto de horarios, a pesar de esa asimetría feroz en la distribución de los derechos de televisión, ha sido una gran Liga. Un campeonato con cerca de diez millones de espectadores en directo, un campeonato capaz de colocar tres de los cuatro finalistas europeos y, de paso, los dos campeones. Un campeonato que les ha hecho a Madrid y Barça perder cinco partidos y empatar seis.

Hace tiempo que me venía temiendo que fuera inminente el campeonato en el que Madrid y Barça ganaran a todos, en casa y fuera, y se jugaran la Liga en sólo dos partidos, entre ellos. Con su poder, con su dinero, con sus Messi y Cristiano, con los demás vendiendo cada año a sus mejores jugadores, llámense Falcao, Negredo, Navas, Javi Martínez, Llorente, Soldado... La brecha parecía llamada a agrandarse. Y sin embargo, este año se ha encogido. Después de visitar la frontera de los cien puntos, los dos grandes se han detenido antes de la de los 90, que sólo el Atlético ha conseguido pisar.

Atlético de Madrid. Líder de esta revolución, con Simeone al frente, cerrando el festejo del domingo con esa frase para esculpir: “Si se cree y se trabaja, se puede”. Una propuesta edificante. Pero no ha sido él solo. El Sevilla, a pesar de sus ventas del verano, ha ganado la UEFA League. Y el arco de distancia entre los que bajaron anteayer (el Betis se descolgó antes) y el campeón es menor que en otras partes. No ha sido la Liga dual del Madrid y el Barça, de Cristiano y Messi, como temíamos. Ha sido la Liga del trabajo bien hecho en muchos sitios. Una Liga apasionante. Gracias a quien corresponda.