El gran reto del público nacional

Cuando Vicente Aguilera, como presidente, y Salvador Serviá, como director general, tomaron los mandos de Circuito de Cataluña (que después añadió a su denominación el patrocinio de Barcelona) se marcaron como prioridad conseguir la máxima rentabilidad posible en los eventos que allí se organizaran. Se había acabado la bonanza económica y limitado la disponibilidad de recursos públicos, así que era obligado agudizar el ingenio para dar viabilidad a los proyectos. Su estrategia, que me parece acertada, apuntaba en gran parte a asociar su circuito al indiscutible interés turístico de la Ciudad Condal. Es decir, buscaron fuera el dinero que parecía difícil encontrar dentro, como tantas otras empresas en estos tiempos de crisis galopante...

Su gestión ha sido tan exitosa que ahora más de la mitad de los espectadores que llegan a Montmeló son extranjeros. Un buen trabajo que, sin embargo, creo que no debería suponer un argumento suficiente para descuidar otra de las prioridades: que los españoles también puedan disfrutar de su GP de España. Sé que es complejo y laborioso, pero en mi opinión éste debería ser un objetivo ineludible para los organizadores de la prueba. Y si han demostrado una enorme eficacia en el desafío acuciante de atraer a aficionados, a visitantes, desde muchos lugares del mundo estoy convencido de que deberían tener la misma capacidad para hacerlo con los nacionales. En ello están y esperemos que muy pronto lo resultados sean igualmente positivos.