El gran capitán
En la última década el Madrid ha jugado cinco finales de la Copa del Rey y ha ganado dos, curiosamente las dos únicas en las que Casillas ha sido el portero titular. Ayer tuvo poco trabajo y ni siquiera tiró de sus habituales milagros para salir campeón, porque no pudo hacer nada en el gol de Bartra y el palo le salvó ante Neymar. Iker lleva año y medio siendo tratado de una manera injusta y por eso merece levantar esta Copa más que nadie. Se enfrentó al poder establecido y se inventaron necedades para intentar manchar su imagen impoluta. Ni siquiera la desidia del club a la hora de defenderle en esa lamentable situación ha podido con su moral.
Al final el tiempo pone a cada uno en su sitio: al anterior entrenador, huyendo con el rabo entre las piernas, y al gran capitán blanco en lo suyo, seguir jugando finales y levantando trofeos. Y lo hace como siempre ha sido costumbre en el Madrid: sin darse importancia y respetando al máximo al rival.