A Ferrari ya ni siquiera le queda la fiabilidad

Decepción evidente en las palabras de Alonso tras la calificación en Bahrain. Y comprensible. Llegaba a esta tercera carrera del año diciendo que a su Ferrari le faltaba tracción y velocidad. Ahora asegura que también sufre “pequeños problemas de fiabilidad”. ¿Qué es lo que tiene entonces ese F14 T del que tanto esperábamos? Ni corre, ni acelera y además, falla. Todo en el año del resurgimiento de la escudería roja, de las nuevas normas y la revolución tecnológica, con todos los equipos partiendo de cero. Y de remate, por primera vez Raikkonen por delante de él en la parrilla...

El año pasado nos hartamos de encomendarnos a milagros para poder ver al asturiano luchando donde merecería y ahora la historia parece condenada a repetirse. Saliendo noveno es atrevido pensar en un podio, así que hacerlo en la victoria raya la quimera. Especialmente cuando las herramientas para intentarlo no son las adecuadas. Y llegará un día, me temo, que el hastío sea capaz de doblegar una voluntad incluso tan férrea como la de Alonso. Yo al menos, desde la distancia, le veo cada vez más aburrido no sólo de pilotar un coche por debajo de su talento sino también de tener que justificarse.