La flauta suena alguna vez
Para que suene la flauta hay que soplar. Eso es lo que se le pide hoy al Valladolid, que sople y tenga esperanzas. Renunciar o dar por perdido el partido de entrada no es de recibo. El Valladolid no participa en la liga francesa o alemana como para decir que este tipo de partidos no son de su liga. Espero que a nadie, ni antes ni después, se le ocurra pronunciar tan desafortunada frase. Es un partido más de los 38 que los blanquivioletas tienen que disputar. Osasuna, Real Sociedad, Levante o Valencia han demostrado ya que la flauta suena de vez en cuando. A soplar.
Es evidente la desigualdad de la actual Liga. Personalmente, los partidos del Madrid y del Barcelona me gustan menos que los del resto. Salvo en contadas ocasiones, el pasado fin de semana en el Calderón o hace dos en Anoeta, son partidos sin emoción. Y si al fútbol le quitamos la emoción, lo matamos. Con tanta desigualdad presupuestaria no habrá forma de solucionarlo. El milagro del Atlético no será eterno. Hay que luchar para que la gente vaya al fútbol a ver un partidazo. No sólo a Messi o a Neymar.