Casillas ejerce de capitán
Es por el idioma de España que he venido aquí y por su fútbol que me he quedado. El castellano es una preciosidad y, dentro de las muchas palabras que adoro, soledad es sin duda la que más gusta. No por el significado, sino por su sonido. En cambio, empiezo a cogerle manía a la palabra entorno, que tanto se usa ahora en el mundo del deporte. Puedo afirmar que ahora odio tanto el sonido como lo que quiere decir.
Entorno, esa nebulosa que nunca desvela su identidad y que tantísimo daño hace a los que supuestamente tendría que defender. En el caso de Iker Casillas resulta sospechoso y cansino la cantidad de personas que pretenden expresar lo que siente el mejor portero del mundo o, peor todavía, que se atreven a hablar en su nombre. Por eso digo que basta ya de entornos…
Por ello es muy agradable poder escuchar la voz del único que debería articular palabra sobre Casillas. Es decir, el mismo Iker. Con sus declaraciones de ayer, el portero blanco ha ejercido como capitán responsable y como madridista de raza. Ha querido trasladar el debate sobre su futuro, y sobre la titularidad en la portería, hacia un tiempo más lejano. Porque Casillas sabe que el Madrid está en un momento decisivo de la temporada, que nunca desde hace muchos años ha estado tan cerca del triplete. Y que ciertas perturbaciones podrían afectar la serenidad del club y, en consecuencia, del equipo. Lanzando un mensaje de tranquilidad y de optimismo, Iker aleja las tensiones respecto a su persona. Me parece una actitud que le honra. Las dudas y los debates volverán. Seguro. Pero con unos trofeos en la mano, todo será mucho menos complicado para él y para el madridismo.