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Fue penalti de Demichelis y no hubo orsay en el gol de Piqué

Un arbitraje con altibajos. El sueco Eriksson no tuvo más remedio que sacar tres tarjetas en el primer tiempo y eso que perdonó las de Zabaleta y Yaya Touré. Fue una primera parte condescendiente y con pinceladas caseras. Efectivamente, hubo un penalti claro de Clichy porque tenía la mano totalmente separada del cuerpo e intercepta la trayectoria del balón en un centro de Alexis.

Las jugadas mas discutidas se dieron en la segunda parte. En el 54’, existe un choque entre Busquets y Navas normal, no hay falta, y el balón llega a Messi que no está en fuera de juego, penetra hacia el área y cuando va a entrar es derribado en primera instancia por Demichelis y, ya dentro, le rebaña con la otra bota, por lo cual es penalti y expulsión.

A continuación, decayó el juego y, sólo en el 79’, anuló un gol a instancias del asistente al señalarle un fuera de juego de Fábregas que no era antes de que cediese el balón a Piqué para que marcase. Tanto mal anulado. En el 84’ existe empujón de Dzeko a Piqué dentro del área del Barcelona para hacerse con el balón. Lo señaló a instancias del asistente de línea. Por tanto, el arbitraje tuvo matices caseros hasta la jugada del penalti que, si él hubiese querido, lo hubiese sacado fuera.