Sobre el Madrid, los otros y los árbitros
Mientras la Federación se embolica sobre si la final de Copa debe ser Jueves Santo, Viernes Santo o Sábado Santo (si me preguntan diré que mejor el sábado, por razonamiento alejado de la moda muelle según la cual no caben dos partidos en cuatro días) me entretendré en hablar de arbitraje. O de arbitrajes. Y metidos en ello no puedo por menos que admirarme de la forma en que lo que le ha pasado a la Real ante el Barça (en el partido de ida) haya sido traducido por Ifrán como algo en provecho ‘de los grandes’ no específicamente del Barça, que fue el único beneficiario del entuerto.
Bien mirado, y sin hacer de menos a nadie, bien podríamos todos reconocer que al Madrid le habría convenido más la Real en la final (no tiene a Messi) que el Barça (que sí tiene a Messi). La Real tuvo un contratiempo arbitral en el Camp Nou, y eso se traduce, en voz de Ifrán, en que los árbitros siempre ayudan al Madrid y al Barça. Bueno, pues será así, pero hasta donde me alcanza la memoria no recuerdo que cada vez que le ha ido bien al Madrid con un arbitraje se haya dicho que los árbitros siempre ayudan a los dos grandes. Más bien me suena que se ha dicho que los árbitros ayudan al Madrid.
A veces hablo con amigos atléticos de aquella Liga en la que Álvarez Margüenda hizo un destrozo en un partido contra el Zaragoza en el Manzanares. Bueno, pues aquella Liga la ganó la Real, pero queda en el imaginario atlético como un agravio madridista. Les sorprende comprobar (hemeroteca mediante) que esa Liga no la ganó el Madrid. En AS tenemos a un entusiasta realista (de la Real), que no se incomodó en absoluto por el penalti no señalado de Mascherano en el Camp Nou, pero que sin embargo sí refutaba los dos del derbi del Manzanares. En fin: así, así, así se ve al Madrid. Es lo que hay.