La Roja, para ahogar las penas

Vuelve La Roja para recordarnos que España es campeona del Mundo y de Europa. En esto y en otras muchas cosas. El nuevo fiasco de la candidatura de Madrid irá quedando atrás, el calendario lo vuelven a ocupar nuestros héroes, todos ejemplares. Nadal, que siempre está ahí, La Roja, los mozallones del baloncesto, donde tenemos otro Gasol al frente. La sustancia de nuestro deporte es esta, nuestros deportistas y sus técnicos, y en eso hay más claridad que en una elección olímpica, en la que es más difícil discernir ente méritos e influencias que en la pura lucha deportiva.

Aunque, claro, ahora nos tocan los días de la mala digestión. El alcalde de Barcelona, Xavier Trías, echó ayer sal en la herida con su comentario sobre Madrid-Estambul-Tokio-Barcelona. Es muy propio de un alcalde hablar bien de su ciudad, y en este caso, merecido. Barcelona tiene una gran marca especialmente desde que tuvo JJ OO. Ahora que Madrid está abatida tras quedarse sin ellos, resulta cuando menos descortés hacer ese comentario, con el que quizá no pretenda más que lavarse ante los nacionalistas más radicales de su artículo en El País la víspera de la elección, favorable a Madrid.

En fin, que viva La Roja. Y eso que utilizar ese término hoy es particularmente equívoco, porque a Chile los suyos también la llaman La Roja, y desde antes. Buen partido será, espero. El último fue aquel que acabó con madridistas y barcelonistas reconciliados en una fea pelea común contra los chilenos, cuando uno de ellos maltrató a Iniesta. Aquello fue la anécdota del partido. Pero tras ella queda el recuerdo de una selección firme y buena, que lo sigue siendo. Anda bien en su grupo del Mundial. Del Bosque refrescará mucho el equipo. Será interesante. Y servirá para olvidar.