Casemiro en la noche de Benzema

El mismo día en que el Madrid vendió a Higuaín, tema sobre el que he de volver, jugó en Lyon un partido de compensación por el fichaje de Benzema, fleco aún de su caro contrato. Él no se sintió muy comprometido por ello. Hizo uno de sus clásicos partidos fríos, desoladoramente improductivos. El asunto ha dado para que desempolváramos los incentivos que el Madrid ofrecía, y se ha ahorrado, en su fichaje: un millón por cada Champions que el Madrid ganara con él en sus primeros cuatro años, un millón si ganaba el Balón de Oro, un millón si el FIFA Player... ¡Qué lejos se veía ayer todo eso!

Ahora que se ha ido Higuaín se desliza desde el Madrid que es que a Benzema la competencia le agobiaba. Quizá. Yo llegué a pensarlo. Siempre ha habido jugadores a los que les pasaba. Pero ahora me pregunto si también le sobrará Morata, visto lo que vimos anoche. El caso es que la noche que debía haber sido de Benzema se la apropió Casemiro, que está dando muestras de gran entereza. Las pretemporadas son ríos revueltos en los que siempre hay alguno que pesca y Casemiro quiere ser ese en esta primera pretemporada de Ancelotti en el Madrid. Por contra, Illarra parece asustado.

A todo esto, Kaká no compareció. Ha tenido mes y medio de vacaciones (el curso pasado tuvo dos meses) pero algo le falta para poder coger un avión y presentarse dignamente en Lyon, como el resto. No sé si lo que le falta es más descanso o más trabajo. Ancelotti acaba de llegar y merece cien días de margen, como establecen los buenos usos y costumbres, así que habrá que confiar en que tenga un plan para el evaporado genio brasileño. En todo caso, el Madrid sacó un empate digno en Lyon, gracias al ímpetu de la cantera en la segunda mitad. Con ese 2-2, todo se puede ver mejor.