NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Rosell no controla el lío Tito-Guardiola

Este es un verano infeliz para el Barça, y eso es extraño, porque el verano suele ser feliz para los clubes. Época de renovación, de ilusiones, de fichajes, de cálculos sobre la nueva alineación. La prensa deportiva vende más en julio y agosto que nunca. Eso es porque aunque no hay partidos hay ilusión por lo que venga. Es periodo de reconstrucción, el alba de la temporada. Todo es fresco. Los que se fueron cansados, vuelven descansados, los que sobraban se van, los que vienen aportan ilusión. Se mueve dinero, en traspasos o fichajes, y todo mercado sugiere alegría. En verano, además, no se pierden partidos.

Pero el Barça es infeliz este verano, y se nota. Parece como si aún no se hubiera digerido la salida de Guardiola, se arrastra una culpa siniestra que produce una sensación inquietante. A eso se une que aquel impulso se para y que Zubizarreta no parece el hombre más esclarecido para relanzarlo. Víctor Valdés sigue, pero arrastrando los pies, Puyol no tiene sustituto y se ve que no puede más, Thiago se ha ido y ahora descubrimos que Tito no sabía cuántos partidos tenía que darle para que no subiera su cláusula, Villa se fue por cuatro perras y hasta se teme que Messi tenga pelusa con la llegada de Neymar.

Además, Tito no ha sido prudente. Tras levantar Guardiola la liebre el otro día, Rosell trató de poner pomada al asunto, con una aparición de intención tranquilizadora. Pero el problema es que Rosell no pinta mucho, a lo que se ve. Tito levantó otra vez la liebre, resucitando la cuestión de las incomodidades entre Guardiola y él, tema no diré que menor, pero sí estrictamente personal entre dos seres que fueron amigos y visiblemente ya no lo son. Cosa de ellos dos. Les pediría a ambos que lo dejaran ahí pero, ¿serán capaces? Y a todo esto, el Barça tiene que visitar al Bayern el día 24. Eso sí que es morbo.