TRIBUNA LIBRE: Sí, soy marica, ¿y qué?



Si alguno se acuesta con varón como los que se acuestan con mujer, los dos han cometido abominación; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos.

 Levítico 20:13 (Pentateuco)

Antiguo Testamento


Raúl C. Cancio

En derecho, hay un amplio abanico de medios probatorios, que permiten al juzgador tomar conciencia de lo acontecido. No siempre es posible para ello contar con material probatorio de primera mano, por lo que en ocasiones, hay que acudir a la ficción jurídica mediante la cual se establece un mecanismo automático por el se que considera probado un determinado hecho o acontecimiento, simplemente por concurrir los presupuestos para ello. Apliquemos a continuación esta lógica jurídica a la salida del punter Chris Kluwe de los Vikings durante esta offseason:


a) Los Vikings han seleccionado al punter de UCLA, Jeff Locke.

b) Nunca los Vikings habían drafteado un punter en una quinta ronda

c) En los últimos diez años, los Vikings no habían drafteado punters

d) Kluwe ha acreditado 45.0 yardas por punt durante la última temporada, con un saldo neto de 39.7 yardas, el mejor de su carrera desde su debut en 2005.

e) Kluwe es el octavo punter entre los activos, con mayor número de punts (623) y con mayor yardaje acumulado (27.683)


f) El 9 de diciembre de 2012, durante su partido frente a los Chicago Bears, Kluwe cubrió el parche del 50 aniversario del Pro Football Hall of Fame de su uniforme con un esparadrapo con el mensaje "Vote Ray Guy", en protesta por la ausencia de punter alguno entre los Famers de Canton. Priefer, encargado de los equipos especiales de los Vikings, manifestó que Kluwe debía concentrase en patear y no distraerse con otras cuestiones reivindicativas.


g) Kluwe se ha significado reiteradamente como un defensor del matrimonio homosexual, respaldando las manifestaciones en ese sentido de Brendon Ayanbadejo, interviniendo en documentales a favor de la igualdad como "The Last Barrier" o enfrentándose públicamente a su ex compañero Matt Birk, radicalmente opuesto al matrimonio homosexual

h) En enero de 2013, Elle Degeneres, la cual tiene un particular Hall of Fame en su programa de televisión, seleccionó a Kluwe por su respaldo al matrimonio homosexual.

i) El 1.45 $ que se van a ahorrar los de Minnesota con el corte de Kluwe es irrelevante a efectos del tope salarial de la franquicia.

Estos son los hechos. ¿Puede presumirse legalmente que a Kluwe le han cortado por cuestiones ajenas a criterios estrictamente deportivos? En otras palabras, ¿le han echado por meterse en todos los charcos? Yo desde luego tengo una opinión formada, y la tengo porque entre los muchos charcos donde un profesional de la NFL puede meterse, el de la homosexualidad –como derivada del actual proceso de legalización del matrimonio homosexual en ese país- es el que menos gracia le hace a los patrones de las franquicias.


Testosterona, hipermasculinidad, heterosexualidad lindando con el machismo más mohoso, son elementos consustanciales a los vestuarios de la NFL desde su creación. Los estereotipos más rancios, estimulados por los medios de comunicación, los anunciantes y los propios aficionados, han dificultado extraordinariamente cualquier intento de “salir del armario” de jugador alguno de la NFL, lo cual es absolutamente comprensible, si tenemos en cuenta que, como ha manifestado entre otros el tricampeón Mark Schlereth, los insultos y los chascarrillos denigrantes de la homosexualidad, son moneda común en las duchas. Porque seamos serios, desde un prisma objetivo como es el estadístico, es metafísicamente imposible que en los últimos sesenta años no haya habido un solo homosexual en la NFL. Quién no recuerda aquel personaje de los antiguos tebeos, Carpanta, en permanente estado de inanición, que estuvo a punto de ser víctima de la censura porque “En la España de Franco no se pasa hambre”, mutatis mutandi, “En la NFL no hay mariconas”.


Por ejemplo, David Kopay, el runningback que jugó entre 1964 y 1972 en San Francisco, Detroit, Washington, Nueva Orleans y Green Bay, no era homosexual, no. Lo fue después, cuando se retiró, de pronto, ya liberado de la homofobia de la NFL, cuando hizo pública su tendencia sexual, desvelando que durante su trayectoria deportiva mantuvo relaciones con su compañero y dos veces Pro Bowler y 80th Greatest Redskins, Jerry Smith, quien murió de SIDA en 1986 sin revelar sus inclinaciones sexuales.


Precisamente, un compañero de Smith, el prometedor runningback procedente de Idaho, Ray McDonald, fue sorprendido por la policía en 1968 practicando sexo con otro hombre en un lugar público, lo que le costó su carrera, abandonando el profesionalismo al año siguiente. De nada sirvió que ese año estuviera en el banquillo de Washington como head coach Vince Lombardi, que tras sus gloriosos años en Winsconsin, se retiraría de los banquillos en la capital federal, en una temporada en la que tuvo a sus ordenes a tres jugadores homosexuales – Kopay, Smith y Mcdonald- y al menos a dos ejecutivos del front-office, incluido David Slattery, general manager de los Burgundy and Gold.


El caso es que al principio de la temporada, y conocedor de la opción sexual elegida por Ray, reunió al roster y les dijo: "Quiero que trabajen y apoyen al cien por cien a Ray, y si me entero que alguno de ustedes hace alguna referencia sobre su hombría, estará fuera de aquí antes que su culo toque el suelo". Y es que para Lombardi, lo primero era ganar, lo segundo ganar y, sólo después, ganar. Y para ello le resultaba indiferente que el jugador fuera vegano, comunista, judío, gay o negro. Susan Lombardi, su hija, refiere al respecto: "Like the saying goes, my father treated them all the same. Like dogs.". En este sentido, su intransigencia cero para con la discriminación sexual se extendía asimismo sobre la otras formas de segregación, y así, en su etapa con los Packers, prohibió terminantemente que ninguno de sus jugadores frecuentara restaurantes, hoteles o locales que negaran un servicio igual a blancos y negros, así como defendió y bendijo el enlace de su formidable DE de raza negra, Lionel Alridge, con una muchacha blanca, cuando para el entorno de Green Bay y los ejecutivos de la liga aquella unión era poco menos que diabólica.


Lamentablemente, individuos como Vince Lombardi, tanto en lo deportivo como en lo humano, son rara avis que nacen una vez cada siglo. De otra manera, con actitudes como las del genio de Brooklyn, tengo la certeza de que muchos jugadores homosexuales hubieran dado un paso adelante en el homofóbico escenario de la NFL. Por tanto, es natural y comprensible que, al margen del ya referido Kopay, únicamente cuatro profesionales de la NFL, y siempre tras su retirada de los emparrillados, hayan “salido del armario” hasta hoy.


En 1992, el que fuera guard de los Redskins en la XVIII Super Bowl, Roy Simmons, manifestó en el Phil Donahue Show su condición homosexual.


Habría que esperar otros diez años para que el tackle hawaiano Esera Tuaolo, confesara en el programa de la HBO, Real Sports  su homosexualidad, la cual hubo de ocultar durante sus años de profesional en Green Bay, Minnesota, Jacksonville, Atlanta y Carolina.


El año pasado, el que fuera jugador de los Barcelona Dragons en la temporada 2002 y cornerback de Titans, Wade Davis, hizo pública también su afinidad sexual, quejándose de su mala fortuna al ubicarse en una intersección vital que le superó: “Black manhood, black masculinity, sexuality and sports was the most dangerous place in the world”.


Finalmente, el hasta ahora último profesional que ha declarado públicamente su sexualidad ha sido el tackle ofensivo Kwame Harris, este mismo año, en una entrevista en la CNN. El jamaicano, pick 26 de la primera ronda del draft de 2003, inició una prometedora carrera profesional en los 49ers que, sin embargo, tras su paso por Oakland, no pudo culminarse por, como el dice, la insoportable presión de tener que ocultar su homosexualidad.


Jason Collins, el pívot de los Wizards –otra vez Washington- ha tenido la gallardía de confesar su homosexualidad el pasado 29 de abril estando en activo. Estoy seguro que Lombardi se levantaría de su tumba en el cementerio de Mount Olivet de Middletown y correría hasta el cercano Met Life Stadium para aplaudir, si en la próxima Super Bowl, un negro de dos metros y 120 kilos, levantara el trofeo que lleva su nombre y dijera: “Soy campeón de la NFL, soy el número uno y soy gay, pasa algo?”

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