La victoria más angustiosa del ciclo

La victoria más angustiosa del ciclo

¡Qué partido, qué emoción! ¡Y qué sensación de que los viejos dioses del fútbol ya están con nosotros! ¡Y qué admiración, tan sincera y profunda, por los treinta hombres que se vaciaron bajo el calor por defender el prestigio futbolístico de sus respectivos países! Pocos partidos se han visto así, con este dramatismo, con estas alternativas, con fases alternas en las que un equipo llegó a abrumar al otro sin conseguir doblegarle del todo. ¡Qué distinto de tantos partidos de la España de esta época, jugados con  una superioridad que a veces nos resultó monótona! Esta ha sido la victoria más angustiosa del ciclo.

Loor a Italia. Nos había estudiado bien, nos descompuso en la primera mitad, anulando nuestro juego y metiendo una y otra vez el cuchillo por su banda derecha, en la que Maggio fue un titán, ayudado, hay que decirlo, por la brecha táctica de España. En lo más grave de esa fase, Casillas taponó las dos ocasiones más claras, detalle feliz a constatar. Luego, Del Bosque replanteó la situación, los cambios mejoraron a España y la segunda mitad tuvo ratos para ellos y ratos para nosotros. Pero más ratos para nosotros. Y la prórroga ya pudo ser un festín, pero el gol se negó a entrar. Y bien cerca que estuvo.

Pero pasamos en los penaltis, por el que Bonucci lanzó alto. Casillas no llegó a parar ninguno, quizá descentrado por el ‘panenkazo’ de Candreva en el primero. Pero no hizo falta, porque todos los nuestros derrotaron a Buffon. Hasta siete veces, la última por medio de Navas, rostro final de una victoria que fue de todos. Victoria sobre Italia, sobre la fatiga, sobre el público hostil. Una victoria que nos lleva a la final que deseábamos cuando vinimos aquí. Con un día menos de descanso, con una prórroga de remate, pero con la seguridad de que a Brasil le ha contrariado mucho tener que vérselas con nosotros...