Felices por España, Soldado y Casillas

Felices por España, Soldado y Casillas


Magnífico. Nada que ver con aquella cosa pelmaza y espesa de Miami. Esta vez, ante más rival (aunque tampoco haya sido para echarse a temblar) y en mejor marco, España sacó el partido con una victoria mejor y más plena. En la primera mitad salieron los que podemos entender como titulares. Fue otra vez España, la España del tiqui-taca, del dominio solvente que saca al rival del partido con su toque, eso sí, a veces premioso y de poco remate. Poco, pero alguno hubo. Pedro estrelló un pelotazo en el larguero. Ese balón quizá hubiera obligado a Irlanda a abrirse, pero no entró. Hubo que esperar.

Dio igual. España tenía más soluciones y las aplicó: Soldado, Cesc, Cazorla, Mata... Ellos entraron en la segunda parte, antes o después. Soldado encontró el gol, el primero, el que siempre cuesta. Fue una jugada más, quizá no la mejor. Incluso una jugada, diría, en la que a Arbeloa se le escapaba la pelota; entonces apareció el remate a media vuelta de Soldado, con premio. El que mereció ante Haití y obtuvo por fin ayer. Un gol más importante que los que se le fueron. A partir de ahí, Irlanda se abrió un poco y pegó mucho. Se agradece lo primero, se repudia lo segundo. Pegaron mucho y de mala manera.

Pero quedaba algo por ver: Casillas. Entró en la última media hora e hizo dos grandes paradas. Tras la segunda llegó un gol bien anulado, en jugada alborotada. Bien. Se fue imbatido, con dos grandes paradas. Juegue el que juegue ante Uruguay, y toda solución será buena, vimos a Casillas parar otra vez, con su nervio, su intuición y su acierto. Fue hermoso y reconfortante. Como lo fue el segundo gol, en maniobra estupenda de Cazorla y Mata, coronada por éste. Nuestros chicos de la Premier, el talento que exportamos. En fin, dos a cero y buenas sensaciones con La Roja, con Soldado y con Casillas. Todo bien.