Pues sale mal en las encuestas, pero a mí no me desagrada del todo Ancelotti. Desde luego que preferiría a Klopp, pero también puedo entender que después de lo que ha pasado y no se atreve a confesar, Florentino prefiera un entrenador-balneario. Y además pienso que las reticencias del aficionado hacia esa figura no vienen tanto por eso de hombre facilón (aunque algo también) sino por la impresión de que tras cada entrenador italiano hay una irresistible inclinación al juego táctico y egoísta, falto de generosidad y de riesgo. Pero no creo que sea exactamente el caso. Yo no veo así a Ancelotti.

En el Milán pasó a Pirlo de media punta a medio centro, ya es una declaración. Y fue un acierto. Ahora Verratti, en el PSG, es jugador de gusto. Ancelotti no es de los Emerson-Diarra en la media, capricho con el que vino Capello. Además, bien mirado, después de este tiempo de tanta zaragata inútil para tan magros resultados, lo tiene todo a favor. La plantilla también estará deseando, como Florentino, un ambiente de calma en el que sacar lo mejor de sí misma. Alguna incorporación oportuna, alguna cirugía conveniente, mano izquierda con lo de Cristiano... Eso lo puede hacer.

Y creo que lo puede tener a huevo con el Barça, donde empiezan muchos a echar cuentas con los dedos y les sale que Neymar gana más que Messi y que todos los demás. Contando lo que se lleva el padre más lo que se lleva el hijo, sale más, como nos explica Maroto hoy. Un tema espinoso para Rosell, que se une a otros: al de Tito, en cuya plenitud de condiciones no hay seguridad; al de la necesidad tan aplazada de reforzar la defensa; al de los cedidos que retornan; al de Thiago; al de Cesc; al del desparramo de la cantera... Sí, Ancelotti puede entrar con viento a favor. Y, quién sabe, a lo mejor hasta pone a Kaká.