Todo queda pendiente de Gareth Bale

Esfumado Neymar, que recalará en el Barcelona, a Florentino le queda un objetivo apreciable: Bale. Menos 'marketiniano', pero a mi modo de ver, caza mayor. Me parece un jugador extraordinario. Tiene el físico de decathleta de Cristiano y aunque no alcanza la excelencia de éste con el balón juega muy bien. En sus inicios fue una especie de Gordillo de nueva generación: se comía la banda izquierda de arriba abajo. Así le vimos con el Tottenham en el Bernabéu, no hace mucho. Ahora juega por otras partes: por la derecha, tipo Di María, por en medio, tipo Özil, por donde se tercie. Y mete muchos goles.

Un jugador superior, al que sólo falta algo de tiempo a las espaldas (y quizá una selección competente, es galés) para estar más presente en la mente de los aficionados del mundo como un fuera de serie. Para mí, lo es. También lo es el precio. El 'Daily Star' hablaba ayer de 70 millones, cantidad nada extravagante tratándose de quien se trata: torbellino en el medio campo y 21 goles en la Premier, una santa barbaridad. Un buen registro para un delantero centro, tanto más para quien no lo es. Pensemos que Luis Suárez, que cuenta por si Cavani falla (y se está ofreciendo), ha marcado 23. Y es un nueve.

El problema es que Daniel Levy, capo del Tottenham, es un tipo duro negociando. Pero Bale es lo mejor que queda con diferencia y Florentino necesita rehacerse del coscorrón de Neymar. Echará el resto. Todo lo que pase este verano estará condicionado por ese propósito. Hay otras cosas que el Madrid puede hacer y que suenan bien, como recuperar a Carvajal y subir a Jesé. Y necesita algo sólido en la media, porque Xabi Alonso se agota, física y emocionalmente. Pero la inversión de Bale es tan importante, en dinero e imagen, que condicionará todo. Será Bale y muy pocos... o muchos si no viene Bale.