A las puertas de la Décima

Estoy orgulloso de este equipo. Ayer me sentí perfectamente representado por el Real Madrid que vi en el terreno de juego. Es cierto que por momentos quizá faltó fútbol, o la pausa necesaria para el último pase, pero los nuestros hicieron todo lo necesario para darle la vuelta a la eliminatoria. Tres ocasiones clarísimas en la primera media hora pudieron haber cambiado el curso de los acontecimientos, pero aun así, los de Mourinho no arrojaron la toalla y les tuvimos contra las cuerdas. Faltó un gol. Un solo gol para llegar a Londres y luchar por la ansiada Décima en Wembley. Pero tendrá que esperar una vez más. Llevamos dos temporadas quedándonos a las puertas. Una tanda de penaltis y, sobre todo, un pésimo partido en Alemania (allí se perdió la semifinal), nos dejan con la miel en los labios. Con la sensación de que eran eliminatorias que se podían haber superado.

No hay que venirse abajo. Con rivales de este nivel, la igualdad es máxima y un detalle o una mala noche te privan de alcanzar la gloria. Pero ayer los jugadores murieron en el campo. Eso es lo que le pido yo a un futbolista que se ponga la camiseta del Real Madrid. Se gane o se pierda. Ahora es momento de pensar en la final de la Copa del Rey y en qué se puede y se debe mejorar al equipo de cara al próximo curso. A día de hoy, por potencial, estamos en la élite europea junto al Bayern Múnich y al Barcelona. Nos falta dar el último paso para volver a reinar en Europa.