Cristiano, en la historia de San Mamés

El sol se pone tras el viejo arco de San Mamés cuando Athletic Club y Real Madrid saltan al venerable césped. Es el partido oficial 102 entre ambos clubes en este escenario. Casi dos horas más tarde, ya de noche, se retiraban entre abrazos después de haber honrado tanta historia. Un partido macho, intenso, en el que el Athletic supo reponerse a un gol-relámpago de Cristiano Ronaldo y tener al Madrid en jaque hasta avanzada la segunda parte. Sólo cuando cayó el segundo, impecable saque de falta de Xabi Alonso y cabezazo aún mejor de Cristiano, otra vez él, cedió. Pero más no podía hacer ya.

Dura realidad para el Athletic, que durante tantos años tuvo vara alta en el fútbol español. No puede retener a sus mejores jugadores, mientras sus rivales históricos pueden cada año escoger sus refuerzos entre todos los internacionales del mundo. Y hasta los suplentes que complementan sus plantillas. A eso sólo puede oponer la fe en el propio modelo, el entusiasmo por honrar un gran pasado. Y eso hizo el Athletic, que jugó una primera parte a ritmo de ciclistas en la recta de meta, hasta poner en apuros a un Madrid al que por momentos sólo conseguía sostener Xabi Alonso.

Un gran partido, digno de tanta historia, sí. Y en él descolló como en todos los que juega Cristiano Ronaldo, feroz competidor. Enfrente tuvo a Ramalho, casi un debutante, que cumplió largamente ante él. Casi puede decirse que ayer se doctoró como futbolista de élite, pero nada es suficiente ante Cristiano, que se mueve, salta, recibe golpes e imprecaciones y no se rinde. Toro en su rodeo, torazo en rodeo ajeno. De todos los grandes jugadores que en tantos años han pasado por San Mamés hay dos que han sobrecogido de verdad a esta afición: Di Stéfano y Cristiano.