Hacia la final soñada Madrid-Barça

Borussia-Madrid y Bayern-Barça. A pedir de boca para el Madrid, con la vuelta aquí y todo. No es que piense yo que el Borussia sea una Cenicienta, pero dentro de lo que hay, era lo preferible... aunque las encuestas de las vísperas reflejaran deseo mayoritario de los madridistas de enfrentarse al Barça. Está claro que en ese sentido Mourinho ha invertido las sensaciones, y ese es su mérito. Porque, en el mismo sentido, el barcelonista temía al Madrid más que al mismísimo Bayern, con el que se ha emparejado.

Doble cruce España-Alemania, las dos Ligas de moda. Alemania, tras años de terrible crisis por el hundimiento de Kirch, que surtía de dinero a la Bundesliga (ojo, que esto está cerca de pasar aquí), renació con esfuerzo, sensatez y paciencia. Ha tardado años, pero ahora es otra vez un fútbol poderoso, con el Bayern a la cabeza, pero con un gran tono general, campos llenos y una felicidad en el ambiente que cautivó a Raúl y a cuyo efecto llamada no ha sido indiferente Guardiola, que ya prepara el viaje.

Cabe, pues, una final Madrid-Barça, la final soñada. Estos 110 años de rivalidad, estos últimos tres o cuatro que han atraído la mirada de todo el mundo sobre los Clásicos (como la atrajeron aquellos duelos Lakers-Celtics o la formidable agarrada entre Karpov y Kasparov en los ochenta) merecen algo así: un duelo final en la 'Main Street' del pueblo. La Final de Champions en Wembley, el año 150 de la creación del fútbol en la misma ciudad en la que se produjo el milagro. Yo lo estoy soñando.