TRIBUNA LIBRE: ¡Viva la agencia libre, carajo!



“He’s a great inspiration for young children,” Hy-Vee employee Greg Mick said. “He’s someone you can point to and say, ‘Hey, Kurt Warner did it. It took him a while, but he did it.’”


Raúl C. Cancio

¡Por fin acabó la Super Bowl! ¡Se acabaron los gélidos Playoffs, como antes concluyó la tediosa Regular Season! ¡Viva el mes de marzo! Volverá a reír la primavera, ¡hurra por la Combine! ¡Arriba la Agencia Libre! ¡Qué grande es el Draft!!...Que nadie me malinterprete, hay mucho de caricatura en esas frases, pero ojo, no me avergüenza en absoluto afirmar que me encuentro entre los que disfrutan de la off season casi tanto como del periodo competitivo. Y entre sus hitos, desde luego no cambio la free agency por nada. Dice con toda la razón del mundo José Villelabeitia, que los equipos se construyen a través del draft, considerando la agencia libre como una interesante ventana de oportunidad para, eventualmente, reforzar alguna posición del roster, compensar una demarcación desequilibrada o firmar alguna joya de manera inesperada. Todo ello es absolutamente cierto, pero no lo es menos que en ocasiones, una operación en la free agency ha cambiado la historia o el devenir de una franquicia. El tiempo nos dirá si Wallace será capaz de reverder los laureles de Miami, si Boldin llevará de vuelta el Lombardi a la costa oeste o si Wes Welker puede convertirse en el Reggie Wayne que precisa Peyton para volver a hacer historia ahora en Denver, pero lo que es indiscutible es que los diez trades que a continuación vamos a examinar, supusieron un antes y un después para el conjunto firmante.


En 2004 los Steelers eran ya muy, muy grandes. Desde finales de los años sesenta, y de la mano de Chuck Noll, el conjunto acerero fue el paradigma de equipo construido sobre sabias elecciones del draft, lo que hasta entonces les sirvió para lograr nada menos que cuatro Super Bowls. Sin embargo, entre 1979 y 2004, la franquicia de los Rooney únicamente había vuelto a pisar el gran partido en 1996, para perderlo ante Dallas. Desde el retorno a Pittsburgh con agente libre de James Harrison en 2004, después de haber penado como integrante de los practice squad en Latrobe, de un intrascendente paso por los archienemigos de Baltimore o de conocer la grisura de la Cuenca del Ruhr, la irrepetible Steel Curtain dio paso a una no menos impresionante Blitzburgh, que permitió al equipo alcanzar la final de la AFC en 2005, ganar dos anillos más y perder otro ante el arrollador juego de Green Bay en la XLV Super Bowl. Ese agente libre que era demasiado bajo para LB e insuficientemente pesado para la línea, es hoy un quíntuple Pro bowler, cuádruple All pro, Jugador Defensivo de Año en 2008 y únicamente Jacoby Jones ha corrido más yardas que él durante una Super Bowl para anotar un TD.


También el tamaño fue un handicap recurrente en la carrera deportiva de Drew Brees. No en vano, y a pesar de su espléndido rendimiento en Purdue, sus 1.82 cm. pelados fueron el principal motivo para que ninguna franquicia lo eligiera en primera ronda, siendo finalmente San Diego quien apostara por él con el pick nº 32. Durante sus dos primeras temporadas con los Chargers, se alternó en la titularidad con Flutie, ofreciendo buenos guarismos que sin embargo, nunca acabaron de convencer a Schottenheimer, que en el draft de 2004 seleccionó a un Rivers como QB franquicia. Los problemas se le acumulaban a Brees, y el 31 de diciembre de 2005, el tackle de Denver, Gerard Warren le destroza el ligamento glenoideo de su hombro derecho. Tras la cirugía, y con el prometedor Rivers al acecho, desestima una leonina oferta de los Chargers de cinco años y 50 millones de $, dos de ellos garantizados como salario base el primer año y el resto subordinado a rendimiento, y firma como agente libre con los Saints, después de que los doctores de Miami desaconsejaran su fichaje. Brees firmó un contrato de seis años y 60 millones $ con Nueva Orleans, mientras que los Dolphins optaron por contratar en su lugar a Dante Culpeper…el Prosinecki de la NFL. Los Saints con Brees han alcanzado los playoffs en cuatro de las nueve ocasiones en que lo han logrado, han ganado su única Super Bowl y,  para mayor escarnio de la franquicia de los Dolphins y especialmente de su servicio médico, el “tullido” Brees fue quien arrebató el legendario record de yardaje de pase de Marino.


Volviendo a la orilla del Allengheny, durante muchos años lució en una de las gradas del antiguo Three Rivers Stadium una pancarta que decía “Rod is God”. A pesar de la idolatría que la Steelers Nation sentía por Rod Woodson, la familia Rooney ha sido especialmente torpe en la elección de quarterbacks locales y en estructurar contratos para sortear el salary cap (Franco Harris, Alan Faneca…), de manera que así dejaron escapar a uno de los tres mejores cornerbacks de la historia de la liga, firmando como agente libre en 1997 con San Francisco y, lo que es peor, haciéndolo al año siguiente con Baltimore, siendo a la postre pieza clave de la defensa que llevó a los Ravens a ganar la XXXV Super Bowl, en una modélica reconversión desde la esquina al centro de la secundaria como safety, de quien tomó ejemplo su sucesor en el back de los de Maryland, Ed Reed.


Aunque para avispados, los Lions. En el draft de 1944, los de Michigan eligieron a Otto Graham con el número cuatro de la primera ronda. Tras finalizar su servicio en la Navy, no firma con Detroit y recala como agente libre en Cleveland. Lo que vino después es por todos sabido. Diez años consecutivos alcanzando el partido por el campeonato y ganando siete de ellos. Poco más puedo añadir. Ciertamente, la agencia libre en este caso cambió la historia de Cleveland…bueno, la agencia libre y Paul Brown.


Siguiendo esta viaje por grandes trades, hay que gente que pretende tapar la luna con el dedo…y eso es lo que ocurrió, y perdón por el pésimo juego de palabras, con Warren Moon. ¿Cómo es posible que nadie en toda la NFL advirtiera la calidad del quarterback de la Universidad de Washington al punto de que no fuera drafteado y tuviera que emigrar a los Eskimos de Edmonton? El bueno de Moon tuvo que ganar cinco Grey Cups seguidas y ser el primer quarterback profesional en alcanzar las 5.000 yardas de pase en una temporada (1982) para que Bud Adams rectificara el error de sus colegas, firmándole para los Oilers como agente libre en 1984, convirtiendo su run-and-shoot offense en el espectáculo más impresionante y admirado de la ciudad de Houston, muy por encima del Space Center y de las Twin Towers de los Rockets.


Harrison era demasiado bajito, Lambert demasiado flaco, Woodson, Franco Harris o Alan Faneca demasiados peseteros…y ¿Unitas? John Unitas no era, a juicio de Walt Kiesling, “visionario” head coach de Pittsburgh de 1955, lo suficientemente inteligente para ser quarterback. Nacido, criado y educado en la Steel City, este descendiente de lituanos no le quedó más remedio que firmar en 1956 por Baltimore ante el rechazo recibido de los que casi eran su familia. Entre 1956 y 1972, el “limitado” Unitas llevó a los Colts a ganar una Super Bowl, dos título de la NFL –entre ellos el considerado como Más Grande Partido de la Historia del NFL, frente los Giants -, siendo designado diez veces como Pro Bowler, tres veces MVP, miembro del NFL 75th Anniversary Team, NFL 1960 All Decade Team…lo dicho, un tarado. Por cierto, el último jugador que ha vestido el número 19 con los Steelers ha sido el intrascendente Tayler Grisham en 2011, quien también llegó como agente libre. El 19 de los Colts cuelga de lo alto de su Dome desde hace varias décadas.


Ahora bien, si tengo que elegir un ejemplo maravilloso de agencia libre, ese es la historia de Rocky Balboa…ay! perdón, quería decir Rich Gannon. Once años de suplente en Minnesota, Washington, Kansas y de pronto, con 34 años, Al Davis se fija en él y lo firma como agente libre, convirtiéndole en la piedra angular de la WCO de Jon Gruden, lanzando el año 2002, es decir, con 37 castañas, para 4.689 yardas y 24 touchdowns, alcanzando la Super Bowl, en la que, como el Potro Italiano ante Apollo Creed, aguantó hasta el final, eso sí, dejando para la historia el mayor número de intercepciones en una Super Bowl, cinco. Y es que la agencia libre fue para Gannon como el cuento de la Cenicienta, sonando las doce campanadas el 23 de enero de 2003, cuando Dexter Jackson le interceptó por segunda vez en aquella inolvidable XXXVII Super Bowl.


Y hablando de Cinderella, sí, desde luego Mariano, la segunda mejor operación de agencia libre de la historia está protagonizada por quien tú bien sabes. Si maravillosa fue la historia de Gannon, aunque sin final feliz, el clímax orgásmico se alcanzó con Kurt Warner.

Y es que pasar de ser reponedor del Hy-Vee de Cedar Falls a 5.50$ la hora, a protagonizar “The Greatest Show on Turf” y ganar la Super Bowl siendo MVP de la final, habiendo pasado entre medias por el Arena Football o los coffee shops de Ámsterdam, es un viaje al alcance únicamente de los tocados por los dioses. La contratación como agente libre de Warner por los Rams no sólo les volvió a poner sobre el mapa, sino que dos años después, únicamente la aleación del Brady con el Belichick impidió que Warner volviera a llevar otro Lombardi a S. Louis. Pero por encima de todo ello, la contratación como agente libre del muchacho de Iowa nos regaló a todos los aficionados al football el que probablemente haya sido el juego más vistoso y dinámico de la historia, con la inestimable ayuda, desde luego, de gente como Marshall Faulk, Isaac Bruce, Torry Holt, Az-Zahir Hakim o Ricky Prole.


Sin embargo, siete años después, la agencia libre nos volvería a sorprender cuando los decadentes Cardinals firman a un ya veterano Warner quien tres temporadas después, vuelve a hacerlo, conduciendo a los de Phoenix a su única aparición en una Super Bowl, en la que a sus 37 años lanzó para 377 yardas (sólo por detrás de…¡¡Kurt Warner frente a Tennesse !!), 3 TD y una intercepción, extraordinarios registros que no pudieron impedir la derrota de su equipo ante la imposible recepción de Santonio Holmes a falta de 35 segundos.


Ahora bien, si la doble transacción de Warner fue esencial en el devenir de sus respectivas franquicias, aún fue más impactante la incidencia que como agente libre tuvo en sus equipos la llegada de Denion Sanders, primero en San Francisco y después, en Dallas. Sobre este fenómeno deportivo, mediático y social, me extendí en otra entrada de este mismo blog , por lo que me ceñiré ahora a recordar que “Prime Time” Sanders llegó a Candlestic Park como agente libre en 1994 y ese mismo año fue designado Defensor del Año, anotándose una intercepción en la Super Bowl que ganaron esa misma temporada a San Diego. Al año siguiente, firmó otra vez como agente libre el más alto contrato nunca antes suscrito por un defensa (sic), vinculándose con los ‘Boys por siete años y 85 millones de $, y volviendo a ganar la Super Bowl, esta vez a los Steelers, siendo el último sixty minutes man que ha jugado y ganado una Super Bowl.


En conclusión, la agencia libre no forma equipos, de acuerdo, pero sin duda puede cambiar la historia de algunos, como acabamos de ver en estos ejemplos, que únicamente son una pequeña muestra de una extensa relación de agentes libres trascendentales como Reggie White, Curtis Martin, Night Train Lane, Don Maynard, Jim Otto, Simeon Rice o Sannon Sharpe, entre otros. Les invito a que el año que viene comprobemos si Leon Sandcastle ha sido capaz de transformar la dinámica autodestructiva de los Chiefs…veremos.

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